Lima, Perú
Recuerdo mucho que cuando empecé a seguir el fútbol (hablo desde que tenía 9 años) me hice hincha de la "U" acá en el Perú. De Argentina, cuyo hincha me volví al ver un super clásico Boca - River, tuve un cariño especial por Boca. Un Boca integrado por 'El loco' Gatti, Tapia, Comas, Hrabina. Esa pasión por el fútbol argentino se vió reforzada mas que nada por el gusto de mi padre por River Plate, tanto así que un amigo suyo a su regreso de Buenos Aires y asistir al Monumental de Nuñez trajo para la familia un plato recordatorio con el dibujo del estadio de fondo, además de un cenicero, una camiseta para mi viejo y para mí una de Boca.
Había sin embargo, un 'feeling' especial por River. Y ahora, en este presente complicado para los millonarios no deseo otra cosa más que se salve. Y es que pensar que el glorioso River Plate se iría a segunda la próxima temporada es por demás chocante, ¿cómo vivir sin uno de los grandes clásicos del mundo como lo es el Boca - River?. Incluso (en el colmo de mi fanatismo por estos clásicos) tengo mi propio ritual que lo hacía habitualmente con mis amigos de barrio que todos los domingos veíamos los partidos del fútbol argentino. Horas antes salgo a comprar mis 'municiones': papitas fritas, tor tees (maíz fritos en hojuelas) y chifles, y una gaseosa de litro, todo para ver plácidamente el partido.
Desde la ahora friolenta Lima espero sinceramente que River se salve, que salga de este incómodo momento que debe ser por demás doloroso para los fans del cuadro de la banda, inclusive antes de escribir esta nota le pregunté a mi viejo: " Que dices, ¿se salva River o no?", dejó su café y dijo serio como si fuéramos argentinos incluso: "...se tiene que salvar, es un grande, no puede, no debe ir a segunda".
Y como dice la canción: el más grande sigue siendo River Plate.
Mucha suerte amigos 'millos'!.
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