Buenos Aires, Argentina
Hace tiempo que en la sala de espera no se ve a los padres deambular nerviosos por los pasillos del hospital durante el nacimiento de un hijo, y no necesariamente es porque se borraron del mapa y decidieron no ir al lugar, sino que ahora se encuentran ocupando otro rol, uno más especial y participativo junto a su mujer en la sala de parto.
Hoy en día las ganas de muchas futuras mamás de compartir con su pareja la experiencia de dar a luz se ha hecho tan corriente que si bien no es obligatorio, en varias ocasiones, algunos hombres se ven obligados a presenciar el nacimiento sin desearlo realmente. Los motivos son varios pero el factor común que los mueve es el mismo, “el miedo”.
A pesar de todo, lo cierto es que en Argentina en los sanatorios privados en el 99% de los casos los maridos se encuentran presentes junto con el equipo de profesionales. Y en las maternidades públicas gracias a la ley 25.929 sancionada en 2004 que establece los derechos de padres e hijos durante el nacimiento, se da la misma cantidad.
Hoy en día las ganas de muchas futuras mamás de compartir con su pareja la experiencia de dar a luz se ha hecho tan corriente que si bien no es obligatorio, en varias ocasiones, algunos hombres se ven obligados a presenciar el nacimiento sin desearlo realmente. Los motivos son varios pero el factor común que los mueve es el mismo, “el miedo”.
A pesar de todo, lo cierto es que en Argentina en los sanatorios privados en el 99% de los casos los maridos se encuentran presentes junto con el equipo de profesionales. Y en las maternidades públicas gracias a la ley 25.929 sancionada en 2004 que establece los derechos de padres e hijos durante el nacimiento, se da la misma cantidad.
Al parecer, la sala de parto que antes era sólo territorio de la mamá y los médicos, actualmente se ha modificado de tal manera que no sólo puede presenciarse por los flamantes papás sino también por los pequeños hermanitos.
Según una nota de la página de la pañalera Huggies http://www.huggiesla.com/ec/nota_preparando_a_tu_hijo_para_presenciar_el_parto.aspx hay padres que deciden presenciar junto a su hijo mayor la llegada del nuevo bebé.
Para ello, en la nota se explica de manera adecuada qué deberían hacer los mayores para preparar al niño antes de vivir esa experiencia como por ejemplo, explicarle con qué se encontrará en el momento del parto, brindarle datos como fotos o filmaciones que le permitan tener una idea de lo que verá durante el nacimiento o que hagan una visita al hospital, para que pueda conocer dónde sucederá todo, y en lo posible conocer al médico. Por último, y como más importante, Huggies destaca que minutos antes de que se dé por hecho el nacimiento se vuelva a preguntar al niño si desea asistir ya que puede arrepentirse a último momento.
Si bien hay padres que lo consideran una experiencia especial para el entorno familiar, el tema se presta a debate ¿Es bueno que un niño presencie el nacimiento de su hermanito? Algunos psicólogos Pro a la nueva modalidad afirman que los niños que presencian el nacimiento de sus hermanitos se emocionan por tener la oportunidad de crear un vínculo instantáneo con el nuevo bebé y con su mamá, en el preciso momento del nacimiento y que muchas madres ven en el hecho de hacer participar a su hijo en sus siguientes embarazos lo ayudará a lidiar con esta nueva experiencia de manera más saludable.
Sin embargo, otros creen lo contrario: “No sé si es beneficioso esto para un niño, desde mi punto de vista me parece que no, que es un momento muy intenso y difícil de manejar para un adulto al que le deja impresiones, mucho menos para un niño, y quizá si pueda quedar muy shokeado por ésto”, expresó la licenciada en psicología Mónica Mager.
Por otro lado, Lili Loys Perez, enfermera de neonatología que trabaja en un centro materno infantil privado del país dijo que aún no se ha presentado esa situación en su lugar de trabajo pero que tampoco era conveniente que se llevara a cabo. “Las madres pueden sentirse distraídas por la presencia de su hijo en la sala de parto y podrían reprimir su capacidad para hacer del parto una experiencia alegre y emocionante.”
La decisión es personal, única y sobretodo familiar. No obstante, la Licenciada Mager considera que todo depende de cómo se desarrolle la situación en el momento de la preparación que tenga la mamá y el papá con el niño en cuestión. “Si todo esta cuidadosamente contemplado las cosas van a salir bien”.
No obstante, cree que no es recomendable que el niño ya sea de cualquier edad presencie el acontecimiento por más emotivo que fuera.“Creo que como en todos los aspectos de la vida hay cosas de grandes y cosas de chicos, no lo recomiendo, no estoy segura. Creo que como en todos los aspectos de la vida hay cosas de grandes y cosas de chicos y creo que un parto es cosa de grandes”, cerró.
Según una nota de la página de la pañalera Huggies http://www.huggiesla.com/ec/nota_preparando_a_tu_hijo_para_presenciar_el_parto.aspx hay padres que deciden presenciar junto a su hijo mayor la llegada del nuevo bebé.
Para ello, en la nota se explica de manera adecuada qué deberían hacer los mayores para preparar al niño antes de vivir esa experiencia como por ejemplo, explicarle con qué se encontrará en el momento del parto, brindarle datos como fotos o filmaciones que le permitan tener una idea de lo que verá durante el nacimiento o que hagan una visita al hospital, para que pueda conocer dónde sucederá todo, y en lo posible conocer al médico. Por último, y como más importante, Huggies destaca que minutos antes de que se dé por hecho el nacimiento se vuelva a preguntar al niño si desea asistir ya que puede arrepentirse a último momento.
Si bien hay padres que lo consideran una experiencia especial para el entorno familiar, el tema se presta a debate ¿Es bueno que un niño presencie el nacimiento de su hermanito? Algunos psicólogos Pro a la nueva modalidad afirman que los niños que presencian el nacimiento de sus hermanitos se emocionan por tener la oportunidad de crear un vínculo instantáneo con el nuevo bebé y con su mamá, en el preciso momento del nacimiento y que muchas madres ven en el hecho de hacer participar a su hijo en sus siguientes embarazos lo ayudará a lidiar con esta nueva experiencia de manera más saludable.
Sin embargo, otros creen lo contrario: “No sé si es beneficioso esto para un niño, desde mi punto de vista me parece que no, que es un momento muy intenso y difícil de manejar para un adulto al que le deja impresiones, mucho menos para un niño, y quizá si pueda quedar muy shokeado por ésto”, expresó la licenciada en psicología Mónica Mager.
Por otro lado, Lili Loys Perez, enfermera de neonatología que trabaja en un centro materno infantil privado del país dijo que aún no se ha presentado esa situación en su lugar de trabajo pero que tampoco era conveniente que se llevara a cabo. “Las madres pueden sentirse distraídas por la presencia de su hijo en la sala de parto y podrían reprimir su capacidad para hacer del parto una experiencia alegre y emocionante.”
La decisión es personal, única y sobretodo familiar. No obstante, la Licenciada Mager considera que todo depende de cómo se desarrolle la situación en el momento de la preparación que tenga la mamá y el papá con el niño en cuestión. “Si todo esta cuidadosamente contemplado las cosas van a salir bien”.
No obstante, cree que no es recomendable que el niño ya sea de cualquier edad presencie el acontecimiento por más emotivo que fuera.“Creo que como en todos los aspectos de la vida hay cosas de grandes y cosas de chicos, no lo recomiendo, no estoy segura. Creo que como en todos los aspectos de la vida hay cosas de grandes y cosas de chicos y creo que un parto es cosa de grandes”, cerró.