Buenos Aires, Argentina
Quino: el Walt Disney argentino
Este dibujo que traspasó las fronteras del país y se impuso en el mundo hace más de cinco décadas sigue tan vigente como el primer día. La tira creada por Quino no sólo no perdió popularidad, sino que se la considera la gran bisagra de la historia del cómic local.
La historieta argentina surgió a mediados del Siglo XIX como forma de expresión para representar mediante relatos gráficos en tono de humor la situación política y económica del país. En 1863 apareció la revista El Mosquito y más tarde la conocida “Caras y Caretas”, que marcaron el inicio de un largo camino de altos y bajos crecimientos para el género lúdico.
Una vez que apareció el cine, en aquellos años, ir a ver películas cotizaba demasiado alto y la mayoría de los bolsillos trabajadores no estaban en condiciones de afrontarlo con la misma frecuencia de hoy en día, es por eso que el tiempo de ocio continuaban siendo las tiras cómicas: una pasión que iba tomando vuelo en aquella Buenos Aires de antaño. Así se iniciaba la ´Época de oro´ de dicho género. La editorial Columba supo aprovechar el nuevo fenómeno y lanzó famosas colecciones como D’artagnan y El Tony, en las que participaban varios dibujantes y se dividían los capítulos por cada historietista.
Paralelamente, las revistas Paturuzú y Las locuras de Isidoro marcaron un antes y un después ya que lograron tener un tiraje de más de 700 mil ejemplares por semana.
Sin embargo, en los ´60 la televisión llegó para opacar los buenos tiempos de la historieta y, muy pronto, se popularizó entre los ciudadanos que aprovechaban sus ratos libres para sentarse frente a la novedad y admirarla- algo no muy distinto a la situación actual-. “Hoy en día ese alto consumo de 700 mil ejemplares no sucede con ninguna revista, prácticamente no hay tirajes de historietas en el país. El cine, los videos y sobre todo la televisión han reemplazado totalmente la lectura del género. Antes se veían como mucho cinco minutos de dibujos animados por día, ahora hay canales que están las 24 horas con animaciones”, dijo el caricaturista argentino Luis Ordoñez.
No obstante, Ordoñez que tiene varias escuelas de dibujo en el país y también en Estados Unidos, destacó que en el exterior se le sigue dando una gran importancia a la historieta, ya que continúan siendo publicadas no tanto el consumo masivo, sino como otra forma de expresar el arte. Además, a diferencia de Argentina- aseguró el dibujante- en otros países el Estado apoya culturalmente la promoción de la caricatura, el cómic y la lectura más allá de contar con la más avanzada tecnología.
Pero no todo fue oscuro en los ’60 para la historieta nacional. El hecho más sobresaliente de la década fue la creación de Joaquín Salvador “Quino” Lavado, con su tira Mafalda. La historia de una familia tipo constituida por una madre, un padre, un hermanito y una hermana que el dibujante propuso para una publicidad de electrodomésticos, Mansfield, que nunca se llevó a cabo. Sin embargo, tiempo después, Quino volvió a la historieta en donde el nene desapareció y el protagónico quedó a cargo de la niña reflexiva. La tira comenzó a publicarse en el diario Primera Plana pero luego se fue de allí y Mafalda comenzó a salir en El Mundo, uno de los periódicos con mayor circulación nacional, y logró transformarse poco a poco en uno de los íconos irreconocibles de la historieta argentina de todos los tiempos.
“Quino es un personaje que tiene un talento increíble, creó una familia que vive situaciones internacionales naturales, es por ello que Mafalda logró traspasar las fronteras e instalarse en el exterior, porque el mundo se identifica con ella”, expresó Ordoñez. Además, agregó que se siente muy orgulloso cuando va a otros países y ve posters de estos personajes.
Otra de las características más destacadas del humor que impuso Quino con la tira fue la de la vigencia: si alguien que leyó la tira hace diez años, o más, vuelve a retomarla en la actualidad, las situaciones y reflexiones de cada uno de los dibujos sigue perdurando en el tiempo. Ordoñez explicó que hubo muchos humoristas que implementaron esta temática pero que al utilizar políticos o situaciones de turno al pasar el tiempo, y al volver a leerla, el tema ya había caducado.
“Mafalda va a estar toda la vida, seguramente no vamos a estar nosotros y ella va a seguir siendo la número uno en el género. Ella es un ícono inolvidable en la historieta, como Sandro lo es en la música”, remarcó.
“Quino creó un personaje que realmente tiene vida, alma y sentimientos. Su humor es pensante y lleva al lector a reflexionar.” Para cerrar, Ordoñez no titubeó al expresar la admiración y la pasión que siente por la tira. “Obviamente hay muchos dibujantes buenos y tiras que perdurarán y se mantendrán vigentes, pero Quino para mí, es el Walt Disney argentino”, terminó con una sonrisa.