jueves, 26 de mayo de 2011

SE ACERCA LA HORA

Y nos vamos acercando a la tan temida segunda vuelta electoral del domingo 5 de junio.


Sé que es feo tener que decir la palabra "temida", es más, en ningún momento en realidad se me ocurrió escribir así para una nota de esta temática, y lo peor de todo: para analizar el panorama electoral que se está presentando en nuestro querido Perú.


La verdad que es penoso el haber llegado a una situación en la cual tengamos que elegir "el mal menor", pero si nos damos cuenta y damos un retroceso en el tiempo nos daremos cuenta que no es la primera vez que estamos ante esa disyuntiva. Recordemos sino las elecciones del 2006, donde la segunda vuela la definieron el hoy presidente, Alan García Pérez, y el entonces novato en lides electorales, Ollanta Humala Tasso. Los votantes estábamos entre la espada y la pared para votar por el que menos daño le haría al Perú. O era, retroceder a la década del noventa donde los padres de familia hacían largas colas para conseguir la leche y demás alimentos a precios casi astronómicos; o era escoger al hijo putativo de Hugo Chávez, el presidente venezolano.


Situación similar es la que estamos afrontando en este momento; por un lado tenemos a ese hijo putativo de Chávez (en Humala), y con su 'valor agregado': Madre Mía, el Andahuaylazo. Y por el otro tenemos a la hija de quien en algún momento fue calificado como el gobernante más corrupto en la década del noventa, sin contar las violaciones a los derechos humanos; y que ahora purga prisión, me refiero obviamente a Keiko Fujimori.


Quienes me conocen y leen mis notas, saben que no soy una persona que no se deja llevar por las encuestas, esto más que nada por una experiencia personal en la cual una fuente bastante confiable me comentó el caso de un candidato a la alcaldía de un distrito limeño, a quien le ofrecieron colocarlo en el primer lugar de 'preferencia' a cambio de la friolera suma de $ 25,000. Este candidato se negó, y dos semanas después esta encuestadora lo colocó en la última posición con el irrisorio 0.1% de la preferencia del electorado. Basándome en esta historia, no creo sinceramente en las encuestadoras, por más serias y creíbles que suelen llamar algunos medios de comunicación, donde incluso los periodistas se están prestando a los juegos de por quién votar y esto tiene otro trasfondo: me refiero al usado por Alberto Fujimori cuando él se lanzaba a la re elección y a través de sus diarios despotricaba contra sus opositores.


A quienes estén indecisos no quisiera convencerlos por quién votar, o votar en blanco, o en el peor de los casos viciados; no, no me corresponde, esa decisión la tomarán cada uno de ustedes la mañana o la tarde (según la hora que vayan a emitir su voto) del 5 de junio una vez que tengan al frente la cédula de votación y tengan que estampar ya sea su X o su +. Lo que si les pido como un ciudadano próximo a cumplir 35 años (este lunes por siaca) que antes de hacerlo piensen en su país y lo que le espera a este o bien con Keiko, o con Humala, pero haganlo con conviccción y una vez que su candidato gane, sean consecuentes y responsables a la hora de las críticas para con su elegido, el Perú ya no está para más experimentos políticos del tipo "...veremos qué pasa con este". Ya tenemos suficiente mala experiencia con esos tipos.