viernes, 27 de mayo de 2011

RIVER ESPERA POR CAMBIAR EL RUMBO DE SU PROPIA TEMPESTAD

Por Esteche, Nerea
Buenos Aires, Argentina

“No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante”, dice la famosa frase popular. En este caso, más que cuerpo “no hay club” que pueda correrse de las malas rachas. Justamente éste es el caso del equipo argentino River Plate, que no gana para disgustos.

Luego del superclásico con Boca Juniors, que se jugó hace dos semanas atrás en el que el equipo millonario perdió por 2 a 0 frente a lo xeneises, se ha instalado más que nunca, en el equipo el “fantasma de la B”, el temido descenso de categoría.

La realidad es que se encuentra en el ojo de la tormenta no sólo porque está entre los últimos promedios de la tabla de posiciones, sino porque después de una nueva derrota frente a San Lorenzo se pudo ver en el campo de juego una situación de tensión entre un integrante del cuerpo técnico de River, Ubaldo “El Pato” Fillol, y el arquero del equipo Juan Pablo Carrizo.

La situación se produjo al finalizar el partido cuando el arquero de River, enojado por la derrota, empujó a Fillol cuando éste intentó abrazarlo, motivo por el cual el ayudante de campo tomó la decisión de renunciar a su labor. “Además del dolor, siento bronca, desazón y desilusión. Es más, siento que me humillaron delante de todo el mundo”, expresó en un comunicado en el que daba las razones de su baja.

Según una encuesta de La Página Millonaria (
www.riverplate.com), el 67 por ciento de la gente manifestó su disconformismo con la decisión del Pato, teniendo en cuenta que no eligió el momento indicado, mientras que el 33 por ciento restante comprendió el malestar de Fillol, uno de los mejores arqueros en la historia de River y del fútbol argentino.

Por otro lado, puntos de vista encontrados por parte de los hinchas se presentan cuando se toca el tema. “Si bien estos últimos tres partidos de Carrizo fueron malos, hay que apoyarlo ya que muchos otros los ganamos gracias a él y es un gran arquero”, dijo uno de los hinchas, mientras que otro contestó que Carrizo “es un desubicado que se atreve a insultar a uno de los más grandes del futbol argentino como el “Pato” Fillol.”. “Que deje de habilitarnos los goles que por culpa de él caímos en la promoción”, terminó.

No obstante, hay otros que literalmente toman cartas en el asunto y expresan la bronca y el fastidio que les provoca que el equipo de sus sueños se encuentre en el fondo de la tabla. Fue así que aparecieron dos cartas dirigidas al ex jugador y actual Presidente del Club Atlético River Plate, Daniel Passarella.

Las dos, escrita por el hincha Juan Antolín González, manifiesta el descontento con la dirigencia de Passarella en el club millonario.

“Cuando llegó al Club como técnico nos sobrevino la esperanza, luego pensó en ser Presidente y nos pintó la cara con su slogan “Nacido para defender a River”, y volvimos a acordarnos del “Kaiser”, de su temple, de su carácter, y lo votamos y ganó. Nos dijo que bajo su conducción el club podía volver a ser el más grande de Argentina con seriedad y responsabilidad, y también que podíamos recuperar la alegría y la gloria. Hoy estamos por irnos al descenso”. (Uno de los párrafos que puede leerse en la carta.)

Sin embargo, aún no hay nada dicho y por lo tanto, River tiene algunas posibilidades de salvarse del descenso. Una de las posibilidades de “safar”, es que en estas últimas cuatro fechas el equipo salga victorioso y que los otros rivales como Olimpo, Arsenal y Tigre pierdan para que el equipo millonario pueda salir airoso de la promoción sumando en los promedios.

Matías Almeyda, capitán y referente de River Entrevistado por Fox Sports, Radio Del Plata, aseguró que el equipo del director técnico Juan José López juega el domingo, en Bahía Blanca ante Olimpo, y asegura que es algo peor que una final, “nos estamos jugando la historia del club", cerró. Hasta el domingo, para River, y para sus hinchas, sólo resta esperar.

LAS CARTAS DEL HINCHA DECEPCIONADO


Miércoles, 18/05/2011 06:39 hs

Estimado Daniel:


Le escribo así, en este tono por dos motivos, primero porque soy educado, y luego porque todavía quiero que el recuerdo del Gran Capitán sea más importante para mí que la decepción que siento por su administración al frente de nuestro Club. Porque River Plate, es nuestro, de los socios y de quienes estoicamente debemos soportar cada lunes las cargadas de nuestros amigos y parientes que tienen la desgracia de ser hinchas de Boca Juniors, pero que casi siempre nos supera.

La desgracia de nuestro Club comenzó sin duda con la administración de José María Aguilar, considerado hasta aquí el peor Presidente que tuvo River y donde se cometieron toda clase de ilícitos; (que usted juró denunciar en la justicia con nombres y apellidos y no lo hizo) una caída que se acentuó a medida que se hizo sentir ese “efecto Aguilar”, pero que en su primer mandato logró tres campeonatos, el Clausura 2002 con Ramón Díaz; el Clausura 2003 con Manuel Pellegrini y el Clausursa 2004 con Leo Astrada.

Claro, en el 2008, tuvimos la peor campaña de la historia del Club hasta entonces, cuando terminamos últimos en la Tabla por primera vez en la historia…, ahora no sabemos dónde iremos a parar. Y eso que con Aguilar tenemos el record de haber perdido y por goleada con los cuatro equipos recién ascendidos…, pero esto, Daniel, ni lo imaginamos.

Fue entonces cuando llenaron el Club de patovicas y patoteros que terminaron ilustrando las páginas de policiales; hasta los celulares dejaron de usar por temor a que la Justicia los vincule con los “barras”.

Fíjese qué cosa, Daniel, mientras vaciaban el Club, lo mejor que hubo entonces fueron los pibes que Usted promovió


“Nacido para defender a River”

Cuando llegó al Club como técnico nos sobrevino la esperanza ya que Usted cargaba en su espalda nada menos que los Metropolitanos del 75/77/79 y 80, más los Nacionales del 75/70 y 81; un sentimiento que se nos fue licuando con el pasar de los partidos. Usted, Daniel era un gran jugador, un ídolo, pero como técnico nos decepcionó a pesar de los tres títulos locales conseguidos (Torneo 89/90 y los Apertura del 91 y el 93, porque nos quedamos fuera de la Libertadores y el bostero nos ganó todos los clásicos y nos pasó en la estadística. Encima perdimos la final de la Supercopa. Y no quiero decirle más.

Luego pensó en ser Presidente y nos pintó la cara con su slogan “Nacido para defender a River”, y volvimos a acordarnos del “Kaiser”, de su temple, de su carácter, y lo votamos y ganó. Nos dijo que bajo su conducción "el club podía volver a ser el más grande de Argentina con seriedad y responsabilidad", y también que "Podíamos recuperar la alegría y la gloria". Hoy estamos por irnos al descenso.

Daniel, el sillón de la Presidencia no es el área de River donde Usted la ganaba a codazos y cabezazos. Aquí los rivales no se paran con una patada en el tobillo ni se les quita la pelota con la gambeta. Ya no tiene el 6 en la espalda sino una responsabilidad política y empresarial. Pero sobre todo, Daniel, lo más extraño es que no sólo ha perdido partidos, sino que lo más grave es que perdió la mística.

El hincha ya no siente la pasión de ver a la Banda Roja jugando en el campo, porque todo es de cartón. Han convertido un equipo glorioso en el trineo de Papa Noel, atrás son de madera y adelante tiene perros. ¿Qué pasó con la mística Daniel?

Necesitamos un técnico con pasión, con sangre en las venas, no como este J.J. López que mantiene siempre la misma expresión de yogurt descremado, ante el gol, nuestro o de los contrarios. Hasta uno se pregunta si en la intimidad tiene la misma cara…, pobre mujer.

Los vemos a López y extrañamos al soberbio de Ramón Díaz, y quisiéramos que el riojano vuelva para hacer estallar el banco y la hinchada. Lo demás es cosa suya.

La última Daniel, tampoco da eso de ir a hacerse el gallo con Julio Grondona, un oso pardo curtido, para reclamarle el “bombeo” del último partido ante Boca Juniors, reclamo en el que sí lo acompaño. Comparto que debiera renunciar, pero eso no sólo lo desprestigia a Usted, Daniel haciéndolo pasar por una marioneta histérica y desesperada, sino que no nos arregla la situación.

River Plate es uno de los grandes clubes del país y del mundo; y queremos volver a la cancha para quedarnos sin garganta gritando que “El más grande sigue siendo River Plate”.

Me despido recordándole que fue un gran jugador, y por eso debiera saber mejor que ninguno que los partidos se ganan en la cancha, y agregándole que como hincha del River Plate, no volverémos a la cancha con mis hijos hasta que no vuelva el Sr. Ramón Díaz a dirigir al glorioso River Plate.

Juan Antolín González

Viernes, 27/05/2011 13:47 hs
A Daniel Pasarella:

Lamentablemente debemos cambiar el tono de la carta, del coloquial a este más formal y distante porque mientras el equipo de nuestros amores naufraga sin prisa pero sin pausa, Usted parece estar poseído de cierta parálisis que le impide tomar las decisiones propias de un momento que exige motivación especial para los jugadores y los hinchas.

Nuestro Club –River Plate- el más grande equipo que dio la Argentina en materia de fútbol, hoy pasea su crisis por todo el hemisferio. En Europa, en Estados Unidos y hasta en la misma FIFA se hacen eco de las derrotas que sufre nuestro equipo. Nos estremecemos de encontrarnos en los titulares de un diario como el New York Times que dice de nosotros: “El equipo de Buenos Aires ha dominado el fútbol argentino, pero ahora está atrapado en el fondo de la tabla de posiciones, y sus fans no son felices” ¿Cómo serlo, Pasarella?

Cuando hablan del River “del descalabro” y la afición riverplatense está al borde del ataque de furia. Sobre todo cuando nos tenemos que “comer” esos goles increíbles que facilita Juan Pablo Carrizo, un arquerito que se da el lujo de insultar a uno de los más grandes, un ícono de River Plate y del fútbol argentino: el “Pato” Fillol.

Carrizo, el mismo que nos dejó al borde de la Promoción ante Boca Juniors haciendo que los lunes el calvario de ir a trabajar sea doble. En rápida lectura, este arquero nos robó cuatro puntos, justo cuando estamos al borde del colapso, porque la permanencia en la zona de Promoción nos está dificultando cada vez más salir adelante en el poco tiempo que queda.

No nos cabe en la cabeza siquiera imaginar que un domingo tendremos que ir a la cancha de Chacarita a ver jugar al equipo, portando además el temor a perder el partido.

Pasarella, Usted que ocupó todos los puestos, desde aquel insuperable jugador, siendo DT y ahora Presidente de River, sabe cuánto juega en la moral del equipo la capacidad de incentivar del Técnico, y digámoslo con franqueza, este J.J. López es incapaz de animar el cumpleañitos de mi sobrino.

¿Cuándo comprenderá, Usted Pasarella que en este momento no necesitamos un equipo de estrellas sino una escuadra con sangre en las venas? Eso pasa porque la Institución perdió la mística, el amor por la Camiseta. Sí, se le pongo así en mayúscula ¡La Camiseta con la Banda Roja sobre el corazón! Eso es River, Pasarella.

Al jugador hay que bancarlo hasta consolidar el equipo no pensar en negociarlo rápidamente, encima malvendidos porque ahora no tenemos cómo comprar nada ni jugadores que nos rindan una entrada. Mire a las inferiores, Pasarella, por ahí con chicos hacemos algo mejor porque ellos todavía tienen la camiseta en el alma y no los dólares en el banco. Al margen del negocio, el fútbol seguirá siendo para el hincha siempre una pasión.

Vivimos horas decisivas, Daniel, nos jugamos la Categoría y la Historia, la gloriosa Historia de River Plate. No es momento de pensar nada, ¡hay que sentir la camiseta y bancar al equipo! Salgamos adelante y después hagamos cambios, renuncie luego si quiere. Pero ahora haga un llamado al hincha riverplatense Daniel.

¡Póngase la camiseta como uno más! Convoque a la hinchada a bancar a los jugadores, que hagan vigilia en la concentración, que sientan ese calor, esa energía para que moralmente salgan intocables a la cancha.

Daniel, favorezca la presencia de los simpatizantes, que el Club regale entradas para los últimos partidos. Tenemos que estar todos y apoyar. Vaya y hable con los jugadores, Usted es la esencia de River, es un ícono, no menos que Labruna, Morete, el "Mariscal" Perfumo, Fillol, Francescoli, y todos esos grandes nombres que le dieron gloria a River Plate y al fútbol argentino.

¡Vamos todos a la cancha, Daniel! Convoque, llene las tribunas para que todas las gargantas se llenen cantando cuando salga el equipo que "¡El más grande sigue siendo River Plate"!


Por: Juan Antolín González